
Es discutible si Rybar evaluó con precisión las intenciones del primer ministro Abiy, pero lo que concluyeron se alinea con la narrativa prevaleciente que circula en la región de Amhara y entre los activistas antigubernamentales en este momento. Presentan la política de Abiy como impulsada por motivos político-territoriales ulteriores en lugar del deseo inocente de estabilizar de manera sostenible la situación de seguridad antes de iniciar el proceso para resolver las numerosas controversias interregionales de Etiopía, que podrían incluir referendos en algunos casos.
Rybar es uno de los principales canales de Telegram de Rusia con más de un millón de suscriptores, y ha sido citado por los principales medios de comunicación de todo el mundo debido a la fiabilidad de sus informes, así como a la astucia de sus análisis. A pesar de ser independiente del estado ruso, este canal aborda todo con su interpretación de los intereses de Moscú en mente. Por estas razones, sus críticas constructivas a la reorganización militar de Etiopía merecen ser reflexionadas.
Todos pueden leer la publicación original en ruso del miércoles aquí, que se puede traducir automáticamente en la propia aplicación o la gente simplemente puede emplear Google Translate. Al hacerlo, verán que las críticas constructivas de Rybar se resumen de la siguiente manera:
* Sus fuentes afirman que las más de 300.000 fuerzas regionales de Oromia aún no se han integrado;
* El TPLF aún no ha entregado todo el armamento pesado;
* Estos puntos anteriores se combinan para empeorar la “percepción de amenaza” de los Amhara de esos dos;
* Los ataques dirigidos por motivos étnicos siguen victimizando a los amhara, que se sienten más vulnerables que nunca;
* La región somalí también es evaluada por Rybar como poco favorable a la reorganización militar;
* Existe la posibilidad de que Al Shabaab pueda explotar los disturbios allí para lanzar una ofensiva terrorista transfronteriza;
* Y también podrían otros grupos terroristas y rebeldes explotar los acontecimientos para pasar a la ofensiva en otros lugares.
Por estas razones, Rybar concluyó que la duplicación de esta política por parte del primer ministro (PM) Abiy podría deberse a su deseo de centralizar el poder, después de lo cual podría hacer concesiones hacia las regiones de Oromia y Tigray para ganar su lealtad (aunque a expensas de Amhara, ya sea real o percibida).
Es discutible si evaluaron con precisión sus intenciones, pero lo que concluyeron se alinea con la narrativa prevaleciente que circula en la región de Amhara y entre los activistas antigubernamentales en este momento. Retrata la política del primer ministro Abiy como impulsada por motivos político-territoriales ocultos en lugar del deseo inocente de estabilizar de manera sostenible la situación de seguridad antes de iniciar el proceso para resolver las muchas disputas interregionales de Etiopía, que podrían incluir referendos en algunos casos.
“Las diferencias de percepción extremadamente sensibles son responsables de las protestas de Amhara en Etiopía“, y la brecha entre la gente de esa región y el gobierno federal parece seguir creciendo, al menos desde la perspectiva de Rybar. Volviendo a sus críticas constructivas, a pesar de que se hacían eco de las narrativas que circulaban por la región de Amhara y entre los activistas antigubernamentales, se llegó a ellas de forma independiente y sin ninguna agenda oculta teniendo en cuenta el estatus de Rusia como socio histórico de Etiopía.
La importancia de señalar esto es que, por lo tanto, esas conclusiones podrían tener cierta credibilidad, ya que ahora son compartidas por el personal editorial que dirige uno de los principales canales de Telegram de Rusia y ahora ya no pueden descartarse simplemente como una guerra de información librada por la oposición. Depende de los propios etíopes resolver esta disputa, no de los extranjeros, y un punto de partida pragmático podría ser que ambas partes reconozcan las percepciones de la otra a pesar de estar en desacuerdo con ellas.
A partir de ahí, los representantes pertinentes podrían examinar sus respectivas diferencias en un intento de aclararlas con miras a evitar nuevas escaladas causadas por esta brecha de percepción, y el resultado resultante de su reunión sería la revelación de la llamada “percepción de compromiso”. El propósito de esto sería encontrar algún tipo de término medio entre las dos partes con el objetivo de asegurar a sus partidarios que ninguna de las partes está en marcha ningún juego sucio, ayudando así a calmar sus preocupaciones.
Sin restaurar urgentemente la confianza mutua, aunque solo sea de manera imperfecta, existe un riesgo creíble de que los últimos eventos se salgan de control y se conviertan en un ciclo autosostenible de desestabilización, que todas las partes interesadas responsables deben hacer todo lo posible para evitar preventivamente. Esto inevitablemente implicará algunos compromisos difíciles, pero podría ser la única manera de resolver con seguridad la última disputa. Esperemos que todo se estabilice pronto de una forma u otra y Etiopía pueda continuar su rehabilitación después de la guerra.