Escrito por Andrew Korybko via OneWorld

Rusia e India son ahora los segundos socios más importantes del otro en el frente energético: el 18% de las exportaciones de petróleo de Rusia son compradas por India, lo que convierte a Rusia en el segundo proveedor de petróleo de India, por detrás de Irak.
Uno de los pilares de la Asociación Estratégica entre India y Estados Unidos es la energía, que ha adquirido gran importancia en sus relaciones bilaterales en los últimos años. Es una forma de cooperación mutuamente beneficiosa que no va dirigida contra ningún tercer país, pero que, sin embargo, puede ser manipulada, como demuestran los recientes acontecimientos en los que Estados Unidos ha presionado a la UE para que se “desvincule” de Rusia. Washington también quiere que Delhi haga lo mismo, pero su liderazgo multipolar conservador-soberanista (MCS) se niega a someterse a cualquier forma de presión extranjera, especialmente la que exige concesiones unilaterales en cuestiones de interés nacional.
En su lugar, India reforzó con decisión su asociación estratégica con Rusia para evitar de forma preventiva una posible dependencia desproporcionada de Moscú con respecto a China, como respuesta a las sanciones sin precedentes impuestas por el Occidente liderado por Estados Unidos.
Este estado-civilización del sur de Asia está desempeñando ahora un papel insustituible de equilibrio en la nueva guerra fría entre los mil millones de oro y el sur global, con el primero de los cuales sigue cooperando para gestionar el ascenso de China, mientras que el segundo sirve a sus intereses con respecto a la reforma del sistema internacional para convertirlo en uno multipolar más igualitario, justo y estable.
En el ámbito de la energía, Rusia e India son ahora el segundo socio más importante del otro: El 18% de las exportaciones de petróleo de Rusia son compradas por India, lo que convierte a Rusia en el segundo proveedor de petróleo de India, por detrás de Irak. Esta nueva práctica de la diplomacia energética entre ambos ayuda a Delhi a equilibrar a Washington al evitar cualquier dependencia potencialmente desproporcionada de las importaciones estadounidenses, como parece que ese hegemón unipolar en declive ha querido que ocurra con el tiempo a lo largo de su asociación estratégica. Si eso hubiera ocurrido, EE.UU. podría haber convertido sus exportaciones en un arma contra India.
En cambio, India sigue equilibrando todas sus carteras internacionales -ya sea energía, comercio, ejército, tecnología o cualquier otra cosa- para evitar preventivamente cualquier dependencia potencialmente desproporcionada de un solo socio. Lo ideal es que India intente establecer un equilibrio específico entre los Mil Millones de Oro y el Sur Global en todas estas esferas siempre que sea posible, aunque a veces no lo consiga. No obstante, los observadores deberían reconocer este complejo pero impresionantemente practicado acto de equilibrio y, especialmente, su dimensión energética, ya que es emblemático de la gran estrategia de India en la transición sistémica global.