Escrito por Andrew Korybko via OneWorld
Los cínicos podrían sospechar que EE.UU. en realidad espera que se produzca la misma tragedia que a tantos les preocupa, ya que podría afirmar que Rusia causó el incidente y así ejercer una presión adicional sobre ella, por no hablar de difamar aún más a ese país. Por lo tanto, los observadores deberían prepararse para este escenario, ya que es casi seguro que Occidente culpará a Rusia si se produce alguna tragedia pronto, a pesar de que sus proxies en Kiev sean los responsables.
Rusia advirtió durante el fin de semana que algunas de las minas navales de Kiev desplegadas fuera de los principales puertos del país se han desprendido de sus cables y ahora flotan libremente por el Mar Negro.
El FSB condenó tajantemente este hecho, publicando un comunicado en el que decía que “Las Fuerzas Armadas de Ucrania han demostrado una vez más un desprecio absoluto por el derecho internacional y por las vidas humanas, incluidas las de los ciudadanos de la Unión Europea”. Es obvio que esto pone en peligro la navegación internacional, sobre todo porque el FSB también advirtió que “No es posible descartar que las minas desprendidas se desvíen hacia el Bósforo y más allá hacia el Mar Mediterráneo”, pero algunos podrían cuestionar la credibilidad de las afirmaciones de Rusia de que las minas navales de Kiev violan el derecho internacional.
El Llamamiento de Ginebra, que se describe a sí mismo como una organización humanitaria internacional neutral, imparcial e independiente, ofrece algunas ideas sobre esta conclusión en su artículo sobre “Las minas navales y el Derecho Internacional Humanitario“. Escriben que “la colocación de minas navales no suele considerarse una violación de la prohibición del DIH de realizar ataques indiscriminados. Sin embargo, el derecho de la guerra de minas navales contiene una norma específica sobre los ataques indiscriminados, que prohíbe abiertamente el uso de minas que floten libremente, a menos que se dirijan contra un objetivo militar y que se vuelvan inofensivas en el plazo de una hora tras la pérdida de control sobre ellas. La colocación de minas armadas o el armado de minas precolocadas[xxii] debe notificarse a menos que puedan detonar únicamente contra buques que sean objetivos militares”.
Según la evaluación de este experto, las minas navales ucranianas violan realmente el derecho internacional porque se han convertido en “minas que flotan libremente” tras desprenderse de sus cables. Además, por lo que sabe el autor, Kiev nunca notificó públicamente a nadie sobre “la colocación de minas armadas o el armado de minas precolocadas” fuera de sus puertos principales. Esas armas carecen claramente de la capacidad de “detonar únicamente contra buques que son objetivos militares”, especialmente porque acaban de liberarse y están flotando por las rutas marítimas internacionales. Los observadores tienen razón al estar muy preocupados por lo que parece ser inevitablemente una tragedia en ciernes, que podría haberse evitado fácilmente si Kiev se hubiera comportado responsablemente cumpliendo con sus obligaciones legales internacionales.
Sin embargo, es muy poco probable que alguien que no sea Rusia condene a Kiev por esto o incluso simplemente llame la atención sobre ello. Esto se debe a que el Occidente liderado por Estados Unidos ha estado empleando descaradamente un doble rasero contra esa gran potencia euroasiática desde hace años, especialmente desde el comienzo, a finales del mes pasado, de su actual operación militar especial en Ucrania. De hecho, los cínicos podrían sospechar que Estados Unidos en realidad espera que se produzca la misma tragedia que a tantos les preocupa, ya que podría alegar que Rusia causó el incidente y así ejercer una presión adicional sobre ella, por no hablar de difamar aún más a ese país. Por lo tanto, los observadores deberían prepararse para este escenario, ya que es casi seguro que Occidente culpará a Rusia si se produce alguna tragedia pronto, a pesar de que sus proxies en Kiev sean los responsables.
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