Por ello, y a la exclusión de “ciertos bancos escogidos” del SWIFT, se suman medidas adicionales contra “el despliegue de las reservas internacionales del Banco Central de Rusia”, así como la prohibición a los “oligarcas rusos” para realizar operaciones en los mercados occidentales, además de bloquear sus procesos de ciudadanía en función de sus inversiones en el extranjero, los llamados “pasaportes dorados”.
