Escrito por Andrew Korybko via OneWorld

El restablecimiento del legítimo lugar de China en la comunidad internacional devolvió a la ONU a la senda correcta y le permitió trabajar por fin en la consecución de los nobles objetivos que se recogen en su carta.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) sufrió un fallo sistemático poco después de su creación a raíz de los juegos politizados que se llevaron a cabo para negar a la República Popular China su asiento legal en este organismo mundial. No fue hasta hace medio siglo, el 25 de octubre de 1971, con la aprobación de la Resolución 2758 de la Asamblea General, cuando se resolvió este problema. El restablecimiento del legítimo lugar de China en la comunidad internacional devolvió a la ONU a la senda correcta y le permitió trabajar por fin en la consecución de los nobles objetivos que se recogen en su carta.
El Presidente de China, Xi Jinping, se refirió a esto el lunes durante su intervención en una conferencia para conmemorar aquel trascendental acontecimiento. Recordó la importancia de ese acontecimiento para la historia del mundo. La ONU estaría siempre incompleta sin la participación de una cuarta parte de la humanidad. El tardío abrazo de la organización a la República Popular cambió el curso de las relaciones internacionales al liberar el potencial económico y político de China.
En los años siguientes, el país se abrió rápidamente de una manera históricamente sin precedentes que, a su vez, reforzó sus capacidades para apoyar el desarrollo de sus numerosos socios en todo el Sur Global. Desde el ferrocarril de Tazara en Tanzania y Zambia en la década de 1970 hasta la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), las misiones de mantenimiento de la paz y la ayuda de COVID-19 en la actualidad, China aprovechó responsablemente su creciente papel en la comunidad internacional en beneficio de la humanidad. La ONU se ha fortalecido mucho gracias a la recuperación del puesto de China.
Sin embargo, aún queda mucho trabajo por hacer, ya que la desvanecida hegemonía unipolar de Estados Unidos sigue siendo una amenaza, al igual que su agresivo unilateralismo. Las acciones de Estados Unidos desestabilizan el mundo y hacen que la transición sistémica global en curso sea aún más imprevisible y difícil de gestionar. No obstante, el Presidente Xi prometió que la República Popular seguirá comprometida con la visión del verdadero multilateralismo consagrado en la Carta de la ONU y seguirá haciendo todo lo posible para defender la paz, promover la justicia y desarrollar el mundo.
El mundo se encuentra en una encrucijada. La ONU se fortalecerá frente a las nuevas amenazas en beneficio de todos o se debilitará como resultado de estas presiones, lo que conducirá a un mundo menos seguro para todos. China defiende el primer escenario, mientras que Estados Unidos espera avanzar en el segundo. Es esta diferencia de visión la que está en el centro de lo que los observadores han empezado a describir recientemente como la “nueva guerra fría”. Pekín cree en una cooperación mutuamente beneficiosa y acorde con el derecho internacional, mientras que Washington quiere desestabilizar el mundo.
La ironía de esta observación es que los supuestos papeles anteriores de China y Estados Unidos han cambiado en el último medio siglo. Hubo un tiempo en el que la República Popular fue descrita erróneamente como un “Estado delicuente” como parte de la narrativa de la guerra de información armada que se propagó para negar al país su asiento legal en la ONU. Hoy en día, sin embargo, son los Estados Unidos los que podrian ser descritos correctamente de esta manera debido al hecho objetivo de que están despreciando descaradamente todo lo que representa la ONU en un intento desesperado por mantener su poder en decadencia.
Esto es realmente lamentable, ya que en su momento fue nada menos que Estados Unidos quien ayudó a China a recuperar su puesto legal en la ONU. Los lazos bilaterales han cambiado drásticamente desde entonces, después de que Estados Unidos apuñalara por la espalda a China entrometiéndose en sus asuntos internos y emprendiendo una guerra comercial no provocada contra ella. Esto demostró que no se puede confiar en Estados Unidos y que es un miembro irresponsable de la comunidad internacional que, sin duda, se ha vuelto rebelde. Estados Unidos es un peligro para la estabilidad mundial, mientras que China y sus socios son garantes de la estabilidad.
La ONU retomó el rumbo hace medio siglo, pero podría volver a desviarse debido a las acciones de Estados Unidos. Es más importante que nunca que todos presten atención al consejo del Presidente Xi sobre la importancia de seguir comprometidos con el derecho internacional y de fortalecer este organismo mundial. La ONU es la plataforma más eficaz del mundo para hacer frente a amenazas compartidas como el cambio climático y el COVID-19. Desempeña un papel insustituible en la promoción de la paz y el desarrollo, aunque precisamente por eso Estados Unidos intenta sabotearla.