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Estados Unidos es responsable de que Afganistán se desmorone

Escrito por Andrew Korybko via CGTN

Soldados de la 10ª División de Montaña y de la 101ª División Aerotransportada de EE.UU. desembarcan de su helicóptero Chinook el 12 de marzo de 2002 tras regresar a la base aérea de Bagram de los combates en el este de Afganistán.

El avance de los talibanes en Afganistán durante la última semana ha provocado la caída de casi una docena de capitales regionales y se calcula que entre el 65% y el 80% del país ha quedado bajo su control.

Los observadores occidentales están sorprendidos por este hecho, ya que pensaban que el gobierno afgano reconocido internacionalmente en Kabul, así como el Ejército Nacional Afgano (ANA en ingles), seguirían resistiendo incluso después de la retirada militar total de Estados Unidos a finales de mes. Estas predicciones se basaron en varios supuestos falsos que merecen ser desmentidos para ayudar a otros a entender mejor lo que realmente está sucediendo allí y por qué.

En primer lugar, el apoyo aéreo estadounidense fue crucial para ayudar a Kabul a mantener su control sobre el país. Estados Unidos solía bombardear a los talibanes cada vez que éstos concentraban sus fuerzas en cualquier lugar del país y empezaban a suponer una amenaza para el gobierno.

Dicho esto, el apoyo aéreo estadounidense también fue crucial para que muchos corazones y mentes se inclinaran hacia los talibanes, ya que Estados Unidos bombardeaba sin miramientos donde quería y, por tanto, era responsable de muchas víctimas civiles y de muchos daños colaterales innecesarios.

Por lo tanto, puede decirse que el apoyo aéreo estadounidense fue un arma de doble filo que mantuvo superficialmente la paz, pero que en realidad puso las semillas de lo que pronto vendría.

En segundo lugar, un número significativo de las fuerzas del Ejército Nacional Afgano ha demostrado que no están tan cualificadas como sus partidarios en el país y en el extranjero pueden haber pensado a pesar de que Estados Unidos ha invertido cientos de miles de billones de dólares en su formación.

Han salido bastantes informes de Afganistán en los que se afirma que muchos miembros del Ejército Nacional Afgano se rindieron a los talibanes sin luchar o huyeron rápidamente cuando los combates se hicieron demasiado intensos. Esto habla de la principal debilidad del Ejército Nacional Afgano, a saber, que era un tigre de papel apuntalado por el apoyo aéreo estadounidense todo el tiempo y compuesto por muchas personas que sólo se unieron por el cheque de pago, no por lealtad a su gobierno respaldado por Estados Unidos.

En tercer lugar, Estados Unidos ha gastado más de $2 trillones en Afganistán, pero no tiene nada que mostrar. El Inspector General Especial para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR) informó el año pasado de que se perdieron al menos $19 billones por fraudes y abusos, aunque los observadores más cínicos especulan que en realidad podría ser mucho más que eso.

En cualquier caso, la cuestión es que Afganistán se convirtió en un pozo negro para la corrupción del complejo militar-industrial estadounidense. Esto no sólo iba en contra de los objetivos político-militares declarados por Estados Unidos en el país, sino que también perjudicó los esfuerzos de reconstrucción socioeconómica de Afganistán y, por tanto, lo mantuvo extremadamente débil.

En cuarto lugar, la retirada militar planeada por Estados Unidos – aunque podría decirse que debería haberse producido hace tiempo por muchas razones – se llevó a cabo de forma muy irresponsable. En retrospectiva, puede que no haya sido acertado que Estados Unidos fijara una fecha exacta para su salida total, ya que esto sólo envalentonó a los talibanes para pasar inmediatamente a la ofensiva y llenar el vacío de seguridad que Estados Unidos creó.

Además, cualquier responsable de la toma de decisiones y estratega estadounidense objetivo habría sabido que se avecinaba un desastre teniendo en cuenta los tres puntos mencionados anteriormente. Por lo tanto, parece que la Administración Biden decidió abandonar Afganistán por razones ulteriores no relacionadas con sus objetivos declarados.

Y en quinto lugar, el previsible vacío de seguridad que creó Estados Unidos atraerá inevitablemente a todo tipo de actores no estatales, incluidos los terroristas como Al Qaeda y el ISIL-K que han estado activos en Afganistán. Queda por ver si los talibanes lucharán contra ellos como habían prometido previamente de acuerdo con la promesa de febrero pasado de no permitir que tales grupos permanezcan en el país, pero sigue siendo un reto de seguridad emergente de importancia mundial.

Algunos observadores cínicos creen que Estados Unidos podría haber querido provocar a propósito este oscuro escenario de aumento de las amenazas terroristas allí por motivos ulteriores relacionados con causar problemas a China y Rusia.

En conjunto, está claro que Estados Unidos es responsable de que Afganistán se desmorone. Nada puede absolverlo por destruir ese país y luego fallar en reconstruirlo adecuadamente. Todo lo que está ocurriendo allí está directamente relacionado con los propios fracasos económicos, militares, políticos y sociales de Estados Unidos.

La óptica del rápido colapso de Afganistán es poderosa y se refleja mal en los propios Estados Unidos. Lejos de seguir siendo visto como el hegemón unipolar que era cuando invadió hace dos décadas, Estados Unidos es considerado ahora como una potencia en rápido declive, poco fiable, corrupta y fracasada. Parece que hay algo de cierto en la afirmación de que Afganistán es el cementerio de los imperios.

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