
El nuevo modelo de relaciones internacionales de China no es en realidad tan nuevo, sino que es básicamente un renacimiento del orden mundial que la ONU vislumbro originalmente desde su fundación, pero que aún no se había materializado debido a la Guerra Fría y a los posteriores esfuerzos fallidos de EEUU por imponer su hegemonía unipolar.
El ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, articuló el nuevo modelo de relaciones internacionales de su país mientras hablaba con periodistas el domingo durante la reunión de dos sesiones que se celebra en Pekín. Dio crédito al Comité Central del Partido Comunista de China (PCC) por guiar la política exterior de China y prometió que siempre hará todo lo posible por defender los principios de democracia, justicia, igualdad y multilateralismo de la Carta de la ONU. Sobre este último, el ministro de Asuntos Exteriores Wang recordó que el multilateralismo selectivo no deja de ser un pensamiento de grupo, que frena la marcha irreversible de la humanidad hacia una comunidad de un futuro compartido. Hay que evitarlo, y todos los países deberían adoptar en su lugar el verdadero multilateralismo tal y como lo concibe la ONU.
Las relaciones de China con EEUU deben basarse en el principio de no injerencia en los asuntos internos. En particular, EEUU debe dejar de inmiscuirse en Taiwán, Hong Kong, Xinjiang y el Mar del Sur de China. La reunificación de la nación china es inevitable, dijo el ministro de Asuntos Exteriores Wang, todos los países, incluida China, se mantienen firmes en el principio de que sólo las fuerzas patrióticas deben poder presentarse a los cargos públicos, como lo que se propone actualmente para la Región Autónoma Especial de Hong Kong. En cuanto a los falsos rumores de “genocidio” en Xinjiang, animó a todo el mundo a visitar la región por sí mismos para comprobar que su gente está mejor que nunca. En cuanto al Mar del Sur de China, condenó las provocadoras patrullas de “libertad de navegación” de Estados Unidos.
No obstante, el ministro de Asuntos Exteriores Wang dijo que China espera que EEUU elimine todos los obstáculos para el diálogo y la cooperación. Reafirmó que la competencia entre ambos es natural, pero debe ser sana, justa, equitativa y gestionada de forma responsable en pos de la mejora mutua. El diplomático citó un dicho chino sobre la “búsqueda de la armonía sin uniformidad” para mostrar su respeto por la diversidad sistémica en el mundo. Todos los países deberían ser libres de elegir el modelo que más les convenga, ya sea el chino, el estadounidense u otro. Sin embargo, ninguno debe desprestigiar a los demás ni aspirar a la supremacía. Sólo así podrá el mundo entero abrazar realmente la filosofía de la cooperación en la que todos ganan.
En cuanto a esto, el compromiso de China con el resto del mundo se basa en su visión de una comunidad de un futuro compartido para la humanidad, que se acerca a la realidad a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) y el nuevo paradigma de desarrollo del país de circulación dual. Los grandes proyectos de la BRI, como su emblemático Corredor Económico China-Pakistán (CPEC), han seguido adelante a pesar de la pandemia, evolucionando incluso hasta crear las complementarias Rutas de la Seda Digital, Verde y de la Salud. Todas estas iniciativas encarnan la multilateralidad y la apertura, que se ajustan plenamente a los principios del Pensamiento Xi Jinping que constituyen la base del nuevo modelo de relaciones internacionales de China.
El ministro de Asuntos Exteriores Wang también dedicó mucho tiempo a hablar de las relaciones de China con cada una de las regiones del mundo. Refutó las falsas afirmaciones de que China intenta dividir a la Unión Europea de EEUU y dijo que China y la UE no son rivales sistémicos, sino socios civilizacionales con intereses compartidos. El diplomático también defendió el Acuerdo General sobre Inversiones (CAI) del año pasado y dijo que no está dirigido contra ningún tercero. En cuanto a África, el ministro de Asuntos Exteriores Wang elogió los lazos de China con ella como modelo de cooperación Sur-Sur. Además, prometió más apoyo para su recuperación económica, los proyectos BRI y para las vacunas COVID-19. En cuanto a Asia Occidental, mencionó la propuesta de China de crear una plataforma de diálogo multilateral en el Golfo para garantizar la paz y la seguridad.
La asociación estratégica integral de China con Rusia es un ejemplo de confianza estratégica mutua y ha demostrado su resistencia en la lucha contra el doble COVID-19 y los virus políticos, incluidas las revoluciones de colores y las campañas de desinformación. El ministro de Asuntos Exteriores, Wang, anunció que seguirán creando sinergias entre la BRI y la Unión Económica Euroasiática, y que ambos países seguirán defendiendo el orden mundial centrado en la ONU, el multilateralismo y el derecho y las normas internacionales. Los lazos con India también son importantes, dijo, ya que la cooperación entre las dos mayores naciones en desarrollo del mundo es un componente integral de lo que predijo que será el Siglo Asiático. En cuanto a los lazos entre la ASEAN y América Latina, están marcados por la cooperación COVID-19, la mejora del comercio y la confianza.
De todo ello se desprende que el nuevo modelo de relaciones internacionales de China no es en realidad tan nuevo, sino que es básicamente un renacimiento del orden mundial que la ONU vislumbro originalmente desde su fundación, pero que aún no se había materializado debido a la Guerra Fría y a los posteriores esfuerzos fallidos de Estados Unidos por imponer su hegemonía unipolar. Esta observación crucial desmiente las falsas afirmaciones de que China es una supuesta “potencia revisionista”. No está “revisando” nada, sino que aboga por un retorno a los principios consagrados por la ONU en el orden posterior a la Segunda Guerra Mundial, aunque con reformas graduales aplicadas de forma responsable para garantizar una mayor representación de los países en desarrollo. Este modelo de relaciones internacionales creará inevitablemente una comunidad de futuro compartido.